Fundamentación de la Diplomatura en Educación para la Conservación del Territorio

La Diplomatura en Educación para la Conservación del Territorio propuesta será pionera a nivel nacional, impulsando el enfoque de “Un Mundo, Una Salud” para comprender la importancia de la funcionalidad de los humedales en relación a la salud animal, pública y ambiental e implicar a la sociedad activamente en el proceso de valoración y conservación de los ecosistemas y su biodiversidad (Stephen 2014), valiéndose del proceso educativo promovido.

Esta diplomatura está dirigida a docentes y futuros instructores que puedan multiplicar el modelo en otras universidades e institutos de formación docente. De igual manera, dado que se pretende involucrar a diversos segmentos de la sociedad, la capacitación estará abierta a ciudadanos interesados en la conservación de los ecosistemas acuáticos de su entorno.

Es por esto que, apuntando tanto a la profesionalización de educadores como agentes de conservación, se promueve la formación de grupos interdisciplinarios –durante y luego de los espacios formativos-, donde los profesionales relacionados a la Ecología aprendan de los profesionales relacionados a la pedagogía y a su vez los educadores puedan nutrirse del conocimiento sobre las ciencias ambientales tanto de los responsables de los cursos como de algunos de sus participantes.

La formación de estos grupos interdisciplinarios es uno de los fundamentos que fortalecen la continuidad de los trabajos propuestos en estos cuatro cursos, con la perspectiva de que algunos de estos grupos y sus interacciones puedan sostenerse en el tiempo, evitando uno de los inconvenientes habituales de la educación ambiental: que sea abordada por educadores que conocen poco de los ambientes sobre los que enseñan o que sea abordada por profesionales de la conservación que saben poco sobre pedagogía. El uso del ciclo de indagación como herramienta para estimular el pensamiento científico (Feinsinger 2013), así como otras estrategias promovidas, pretende acercar a los participantes al uso de recursos naturales locales como recursos educativos, evitando asimismo la extranjerización de los conocimientos, que suelen construirse en base a recursos foráneos.

En este marco, profesionalizar educadores en la conservación de los ecosistemas acuáticos y conservacionistas en las herramientas pedagógicas para el trabajo con las comunidades, es una de las bases para promover el conocimiento de las especies silvestres, particularmente las aves acuáticas que pretenden ser explotadas racionalmente y que suelen tener severos problemas de conservación (Ferreyra et al 2013, 2015). Este conocimiento, así como el de las variables ecológicas que caracterizan sus poblaciones, representan el punto de partida para el abordaje de cualquier intento de uso sustentable, contribuyendo al establecimiento de pautas de gestión (Cash et al 2003 y 2006). Las aves acuáticas, particularmente las de interés cinegético como los anátidos, constituyen claros ejemplos de especies cuyos cupos de extracción debiera estar estrechamente relacionado con el conocimiento de su estado poblacional. Sin embargo, no existen en nuestro país datos consistentes sobre esto ni información en la comunidad sobre este déficit de información, por lo que promovemos la formación de los educadores en la valoración del conocimiento del estado poblacional de los recursos, el reconocimiento de las aves, los conteos sistematizados y la aplicación de la tecnología tanto en los registros digitales como en la transferencia de datos. Esto en su conjunto, apunta a la imprescindible valoración de los humedales, su biodiversidad y los servicios ecosistémicos que ellos prestan (Kandus et al, 2011).

Paralelamente a los objetivos relacionados a la educación, la conservación comunitaria del territorio permite consolidar desafíos para proteger determinados ambientes, como es el caso de las lagunas utilizadas como aulas abiertas de esta diplomatura, en las que se realizan las actividades prácticas. En algunos de estos humedales, como en el caso de las lagunas Coscorobas y Los Flamencos del Partido de Tandil, la declaración de Sitio Educativo Estratégico para las Aves (SEEA), involucra una figura de conservación novedosa y complementaria a las categorías existentes (UICN).

En síntesis, no solo es de interés el aporte de los datos biológicos en sí, sino todo el proceso educativo necesario para que los educadores y sus estudiantes puedan realizar los registros, en este caso de aves acuáticas, en los humedales cercanos a sus instituciones educativas.

En un escenario donde se promueve la generación de vocaciones en los alumnos y la integración de las disciplinas, como lo marca el Proyecto “Mejora Formación en Ciencias Exactas y Naturales en la Escuela Secundaria” propuesto a las universidades nacionales, es vital generar espacios de formación. En este sentido, el aporte de herramientas concretas para aprender a identificar, y por tanto a valorar, las aves acuáticas, los servicios ecosistémicos que brindan y los humedales en que viven es el eje central de esta propuesta. Paralelamente, el conocimiento de la tecnología necesaria para desarrollar estos trabajos, posiciona al docente en un escenario actualizado, en el que muchas veces los alumnos mismos están más avanzados en procesos informáticos que suelen sub aprovecharse en el aula, aunque se cuente con valiosas herramientas como las aportadas por el Plan Conectar Igualdad. Complementariamente entonces, se trabajará aplicando conocimientos sobre uso de binoculares, telescopios, plataformas informáticas y tecnologías utilizadas en proyectos de conservación que, si bien no resultan imprescindibles, pueden eficientizar el registro y transmisión de datos y favorecer el reconocimiento de especies silvestres.